Los estudiosos coinciden en señalar que con esta imagen Juan de Mesa se aparta del tipo creado por Martínez Montañés, para crear un Crucificado muy personal, en el que destacan sobre todo su fuerza y su  gran expresividad, reforzadas ambas por sus grandes dimensiones (mide 1,92 m de altura).

Se trata de un Cristo vivo, que no pende de la cruz, sino que se alza con los brazos prácticamente paralelos al madero, preanunciando así su Resurrección. Lleva un sudario de tipo cordífero, de inspiración manierista.

La imagen del Santísimo Cristo de la Conversión del Buen Ladrón, de la Hermandad de Montserrat, que el primer lunes de Cuaresma presidirá el Viacrucis de las Hermandades, en el cuarto centenario de su hechura.

Se trata de una talla de Cristo Crucificado en madera policromada obra documentada de Juan de Mesa, quien la realiza entre los años 1619 y 1620. Ha sufrido varias restauraciones, entre las que sobresale la que realiza en 1851 el escultor Gabriel de Astorga, quien le coloca ojos de cristal.